El trastorno por dependencia se manifiesta con la necesidad que el sujeto tiene de otras personas en forma de “enganche” a éstas. Dicha necesidad es puramente práctica, instrumental; es decir, el sujeto se considera indefenso y poco capacitado ante la vida y precisa que los demás les saquen las castañas del fuego.
Las personas con trastorno de la personalidad por dependencia son muy indecisas porque no saben cuándo van a meter la pata: confían muy poco en sus posibilidades y recurren siempre a los otros para preguntarles cosas, pedirles consejo o rogarles que les acompañen o que hagan gestiones por ellas, por ejemplo.
Suele tratarse de gente que ha sido muy sobreprotegida desde pequeños, creando en ellos la sensación de que no saben valérselas por sí mismos, con la lógica indefensión ocasionada. No es menos cierto que la persona con dependencia se aferra cómodamente a su rol y continúa perpetuando esta sobreprotección de los demás, enganchándose a ellos para así afrontar las exigencias de la vida.
En este trastorno de la personalidad aparece el miedo en forma de temor al abandono, temor a la soledad no por motivos afectivos, sino por no saber arreglárselas ante las diferentes situaciones. Para evitar este abandono, harán cualquier cosa obedeciendo a sus miedos y a su dependencia.
Una necesidad general y excesiva de que se ocupen de uno, que ocasiona un comportamiento de sumisión y adhesión y temores de separación, que empieza al inicio de la edad adulta y se da en varios contextos, como lo indican cinco (o más) de los siguientes ítems:
- tiene dificultades para tomar las decisiones cotidianas si no cuenta con un excesivo aconsejamiento y reafirmación por parte de los demás.
- necesidad de que otros asuman la responsabilidad en las principales parcelas de su vida.
- tiene dificultades para expresar el desacuerdo con los demás debido al temor a la pérdida de apoyo o aprobación. Nota: No se incluyen los temores o la retribución realistas.
- tiene dificultades para iniciar proyectos o para hacer las cosas a su manera (debido a la falta de confianza en su propio juicio o en sus capacidades más que a una falta de motivación o de energía).
- va demasiado lejos llevado por su deseo de lograr protección y apoyo de los demás, hasta el punto de presentarse voluntario para realizar tareas desagradables.
- se siente incómodo o desamparado cuando está solo debido a sus temores exagerados a ser incapaz de cuidar de sí mismo.
- cuando termina una relación importante, busca urgentemente otra relación que le proporcione el cuidado y el apoyo que necesita.
- está preocupado de forma no realista por el miedo a que le abandonen y tenga que cuidar de sí mismo.