El trastorno por estrés postraumático (TEPT) se caracteriza fundamentalmente por presentar una intensa reacción psicológica tras ser testigo o haber vivido una situación altamente traumática en la que la vida o la integridad del sujeto, de sus allegados o de otra persona se ha puesto en riesgo, por ejemplo accidentes de tráfico, agresiones físicas, incendios, atracos, secuestro, violación, desastre natural, terrorismo…
Lo característico de este trastorno son los flashbacks, o imágenes recurrentes donde se reexperimentan escenas e imágenes persistentes del trauma original, pensamientos, sueños, alucinaciones… con un gran malestar y activación (insomnio, irritabilidad, hipervigilancia…) y evitación de todo aquello que le recuerde el suceso, con bloqueo emocional y cognitivo, y sensación de desesperanza y apatía.
Pueden aparecer al afrontar situaciones que recuerden el evento o en sueños. Puede aparecer, además, depresión, enfado excesivo, problemas sexuales y de pareja y abuso de alcohol y drogas.
Los síntomas más habituales del TEPT son:
- Reexperimentación del acontecimiento traumático de forma persistente mediante recuerdos involuntarios de la situación traumática, pesadillas repetitivas sobre el suceso, sensaciones de revivir el suceso traumático que aparecen repentinamente.
- Evitación persistente de los elementos relacionados con el evento traumático. Se evitan los lugares que se relacionan con la situación traumática, los pensamientos asociados a dicha situación y también los estímulos relacionados con la misma.
- Embotamiento emocional que se manifiesta mediante una importante restricción emocional y de desapego emocional hacia los demás.
- Aumento de la actividad fisiológica manifestada por hipervigilancia, dificultades para conciliar el sueño, irritabilidad y respuestas de sobresalto desmesuradas.

El 30% de las personas que viven un acontecimiento traumático acaban desarrollando un TEPT. Cuando se vive un acontecimiento traumático es muy importante acudir a un psicólogo para realizar una exploración psicológica completa y descartar la existencia de un TEPT. En el caso de que se presente sintomatología postraumática es importante iniciar el tratamiento lo antes posible para evitar el trastorno pueda agravarse o puedan derivar en otras patologías psicológicas graves como trastornos depresivos, trastornos de ansiedad, abuso de sustancias (alcohol y ansiolíticos) y en los casos más graves ideas suicidas.
Es objetivo inicial es controlar la sintomatología que más incomode al paciente: insomnio, niveles de ansiedad, irritabilidad, activación fisiológica o sintomatología depresiva. El tratamiento se basa en las técnicas de exposición, técnicas de relajación y técnicas cognitivas.