Los trastornos de pánico o angustia se dan con mucha frecuencia y son muy habituales en las consultas de psicología.
Un ataque de pánico es una explosión súbita de ansiedad. La persona que lo sufre cree que le está pasando una terrible desgracia física o psicológica (teme ahogarse, tener un ataque al corazón, desmayarse, volverse loco o perder el control).
A partir de la aparición de los ataques de pánico se puede llegar a desarrollar la agorafobia, que es el miedo a sufrir un ataque en una situación de difícil escape, donde sea complicado recibir ayuda o podría ser socialmente embarazoso.
Las Crisis de Angustia presentan un miedo intenso acompañado de sensaciones físicas, evaluadas por el paciente como desagradables como taquicardia, sensación de ahogo, mareo, sensación de irrealidad, sudor, temblores, opresión en el pecho, así como pensamientos irracionales, como miedo a perder el control, volverse loco o a morir.
Debido a lo desagradables que son las crisis de angustia, en muchas ocasiones, provocan que los pacientes acudan a los servicios de urgencias muy asustados, pensando que les está ocurriendo algún problema físico grave.
Tras las primeras crisis, los pacientes empiezan a tener miedo a padecer nuevas crisis y por ello dejan de realizar actividades que consideran que activan su organismo, como el ejercicio físico, tomar café o coca-cola, y por otro lado se autoevalúan en exceso en busca de esos síntomas en su organismo, por miedo a que vuelvan a aparecer.
La ansiedad que se sufre en estas crisis de angustia es totalmente inocua para nuestro organismo, aunque son muy molestas e incómodas para los que las padecen. Es habitual que los pacientes con crisis de angustia desarrollen además Agorafobia. Es un trastorno de ansiedad que se caracteriza por presentar un miedo intenso a estar en lugares, situaciones o medios de transporte en los cuales, caso de aparecer una crisis de angustia, pudiera resultarles difícil escapar o recibir ayuda.
Los pacientes habitualmente adaptan su vida a las limitaciones que el problema les causa. Suelen evitar diferentes situaciones que les generan angustia y en los casos más graves apenas salen de casa.
Trastorno de Pánico con y sin Agorafobia
El Ataque de Pánico se caracteriza por la aparición súbita de algunos de los siguientes síntomas: palpitaciones, ahogo o dificultad para respirar, sudoración, opresión en el pecho, sensación de atragantarse, mareo, naúseas, hormigueo, escalofríos, sensación de irrealidad, miedo a morir o a volverse loco. Estas sensaciones pasan en unos minutos, pero dejan el miedo a que vuelva a producirse, lo que llevaría, en algunos casos, a la Agorafobia.Las terapias cognitivo-conductuales para tratar los problemas de angustia con o sin agorafobia tienen una amplia evidencia científica y son las más indicadas para trabajar estos problemas, dados los buenos resultados que ofrecen.
Se le explicará al paciente las causas de las crisis de angustia y de la agorafobia, así como se mantiene y generaliza su problema. El paciente ha de entender perfectamente lo que le está ocurriendo, ya que el objetivo es eliminar por completo las crisis de angustia.