Un psicólogo es un profesional de la conducta humana; un especialista de las leyes del aprendizaje que las aplica para enseñar nuevos comportamientos que sustituyan los que nos hacen daño.
El psicólogo enseña una serie de habilidades, técnicas y estrategias psicológicas para conseguir que las personas afronten sus problemas de forma exitosa hasta superarlos.
Podría compararse al psicólogo con un entrenador deportivo, que enseña a los atletas ejercicios y técnicas para que vayan ensayando y mejorando, logrando así un alto rendimiento.
Existen diferentes orientaciones en Psicología. Desde la corriente cognitivo conductual, la terapia consiste en acudir una vez por semana a terapia para aprender habilidades y técnicas concretas, que después tienen que ponerse en práctica.
Es importante recordar que la terapia no consiste en charlar. En cada sesión se aprenden habilidades y el psicólogo solicita tareas. Éstas tienen objetivos muy concretos.
Ninguna terapia funciona si la persona no se esfuerza y participa activamente. Así pues, cuanto más “trabajes”, más eficaz y rápida será la psicoterapia.
La terapia tiene cuatro fases:
- Fase de Evaluación: El psicólogo recoge toda la información necesaria para comprender el problema o dificultad de la persona, cómo se originó y por qué sigue teniéndolo en la actualidad. En general, la evaluación conlleva varias sesiones de entrevista en las que el profesional irá preguntando por distintos aspectos. A partir de la evaluación es cuando el psicólogo decide qué técnicas va a enseñarte.
- Fase de Exposición de la Hipótesis Explicativa del Problema: Esta segunda fase, a la que no se suele dedicar más de una sesión, está destinada a transmitir al paciente toda la información relevante sobre su problemática: qué le ocurre, por qué ocurre y, sobretodo, una explicación detallada del plan de tratamiento.
- Terapia: El psicólogo te irá enseñando estrategias concretas para superar tu problema, para modificar los pensamientos negativos, mejorando en cada sesión y reduciendo el malestar. La duración de la fase de terapia es variable.
- Fase de Seguimiento: Cuando el problema empiece a desaparecer, acordarás con el psicólogo espaciar las sesiones en que os veis. No hay que olvidar que la finalidad de la terapia es lograr que tú mismo controles y decidas tu propia vida sin depender o necesitar siempre el apoyo del psicólogo.
Creo que el paciente y el psicólogo pueden trabajar juntos para encontrar el problema, y es el método que más se acerca al que uso activamente en práctica. Esto ayuda a los pacientes no solo a reflexionar, sino que también fomenta su autosuficiencia fuera de mi consulta, y lo que pone la raíz de su autoconfianza.
Las emociones y las reservas que producen las situaciones dolorosas, limitan a los individuos para cumplir con sus objetivos o seguirlos con pasión, aunque pueden ser dominados cuando la persona comienza a aceptar la realidad y a dejar atrás el pasado.
Para concertar una primera cita para la entrevista inicial tiene varias posibilidades:
- comunicándote telefónicamente al +34 653 224 018
- completando el formulario de contacto
- enviando un email.
Recuerde que es muy importante que nos indique su nombre y apellido, un número de teléfono donde localizarle y en qué horarios podremos llamarle.
Nos pondremos en contacto a la mayor brevedad posible.
Esto ayuda a los pacientes no solo a reflexionar, sino que también fomenta su autosuficiencia fuera de mi consulta, potenciando la raíz de la autoconfianza. Las creencias y reservas emocionales que nos retienen para cumplir nuestros objetivos o seguirlos con pasión, pueden ser dominadas cuando la persona comienza a aceptar la realidad y a dejar atrás el pasado.
Creo que el paciente y el psicólogo pueden trabajar juntos para encontrar el problema y trabajarlo, y es el método que aplico activamente en la práctica.
Con sólo una de las siguientes razones puedes decidir acudir al psicólogo.
- Cuando existe sufrimiento o dolor emocional en forma de emociones negativas intensas (depresión, miedo, cólera, desesperanza…).
- Cuando el problema afecta a una o varias áreas de tu vida (la relación con tu pareja o familia, área laboral, alimentación, descanso, ocio, economía, calidad de vida, salud física…).
- Cuando otros especialistas (médicos, por ejemplo) te aconsejan la búsqueda de ayuda psicológica.
- Cuando una persona significativa en tu vida se ve afectada por el problema y/o sugiere la necesidad de buscar una solución.
- Cuando, después de seguir un tratamiento con psicofármacos, los resultados no son los deseados.
También existen situaciones en que el motivo consiste en un deseo de mejorar la calidad de vida.
“Cuando una persona valora que no tiene recursos personales para enfrentarse a situaciones que le preocupan, cuando percibe que el problema le desborda, cuando tiene dificultades en la comunicación con otras personas, cuando siente que no controla su estado emocional o tiene dificultades para relacionarse y no es suficiente el apoyo cotidiano de las personas allegadas, es un buen momento para plantearse acudir a la consulta de un psicólogo”. [Vicente Prieto. Psychologies nº 25 (febrero, 2007)].